Pintura del terror.

Cuentan que aquella mujer era muy bella, rica y poderosa, tanto era su vanidad que recorrió el mundo buscando a un gran pintor, para poder poseer un cuadro donde se resaltase toda su belleza, dicen que encontró a ese gran pintor que se relacionaba con magia negra, en la elaboración se realizó un ritual extraño donde el alma de la persona quedaría perfectamente plasmada en la pintura.

Paso el tiempo y la joven mujer contagiada de una extraña enfermedad se fue deteriorando y finalmente falleció, siendo su última voluntad pidió la construcción de un mausoleo donde se colocara su cuadro encima de su sepulcro, así paso mucho tiempo sin ser molestada, hasta que un día dos personas dominadas por la codicia decidieron robar dicha pintura para venderla después, los vigilantes del panteón se dieron cuenta que se había abierto el mausoleo y se habían perdido las pertenencias, se hizo la investigación pero como siempre nunca encontraron al culpable, los cuidadores no hicieron otra cosa que cerrar el altar sin darle más importancia, pasaron varios días y volvieron a encontrar el altar abierto y los restos de aquella señora abrazaban a dos hombres muertos, con muecas de un terror enorme y en medio de ellos estaba aquel dichoso cuadro, los vigilantes llevaron un cura al lugar y sacaron a los hombres de aquel lugar y en la puerta colocaron una placa que decía “nunca tomes cosas de un muerto, pues estos siempre vendrán a recuperarlos”.